Por Josmar A. Chirinos R.

Con el pasar del tiempo, la arquitectura ha ido evolucionando incorporando en su lenguaje nuevas fórmulas y paradigmas que reivindican su amor por el planeta, y que tienen como norte brindarle a la humanidad un futuro y una vida más sana y segura.

Una de estos paradigmas es lo que se conoce como arquitectura sustentable, sostenible o verde, el cual puede concebirse como un modo o forma de diseño arquitectónico ecológico que busca la optimización de  recursos naturales y sistemas de la edificación, de tal modo que minimicen el impacto ambiental de las construcciones sobre el medio ambiente y los seres que lo habitan.

En su concepción, tal como lo explican algunos especialistas, sus diseños integran un conjunto de premisas, tales como la utilización de recursos ambientales de manera sostenible, planificando acciones a largo plazo, la atención preferencial a las demandas de la población objetivo, incluidas las de las generaciones futuras, el empleo creativo de la variedad natural y la diversidad cultural, en lo referente a objetivos sociales, de los bienes para satisfacerlos y las técnicas para producirlos. De igual manera enfatiza lo regional, lo local, la adaptabilidad y la complementariedad.

Este tipo de arquitectura busca que las construcciones utilicen la menor cantidad de los recursos del mundo, debido a la gran contaminación en la que vivimos actualmente.  Y es que más del 50% de éstos son utilizados por las empresas, o el ser humano en general, lo cual ha traído consigo un sin número de consecuencias que han afectado no sólo al hombre mismo, sino que también a los animales y demás seres vivos que nos rodean.

En pocas palabras, lo que la arquitectura sustentable quiere evitar es que los recursos renovables y no renovables se agoten, minimizando así el enorme daño que se le ha estado haciendo al medio ambiente desde hace varias décadas.

Es necesario que el mundo entero tome conciencia de los males que aquejan al  planeta, los cuales pueden se pueden agudizar si no se empieza, de manera urgente, a tomar correctivos. Muchas cosas pueden hacerse en la arquitectura, tales como reciclar,  considerar las condiciones climáticas, los ecosistemas, moderar el uso de materiales de construcción  y reducir el consumo de energía.

Entre algunos de los materiales posibles de reciclar se encuentran:

  • Diferentes tipos de maderas viejas, utilizadas anteriormente para techos, mesas, puertas, ventanas, etc.
  • Objetos de hierro, tales como rejas, ventanas, tubos, etc.
  • Aislantes termoacústicos.
  • Revestimientos cerámicos.
  • Hormigón de pavimentos triturados para reusar en estructuras de menor compromiso de cargas.

Clarena, una casa para vivir en armonía con el ambiente

Para Venezuela, el concepto es un poco nuevo, o mejor dicho, no muy conocido. Sin embargo, el país cuenta con algunos profesionales que se han atrevido a manejar esa forma de diseño, como por ejemplo la arquitecta venezolana Gisela Adjiman, quien diseñó su casa, la Quinta Clarena (en honor a sus dos hijas: Claudia y Lorena), en una zona norte de El Marqués, Municipio Sucre de la  ciudad de Caracas, hace aproximadamente tres décadas.

El sistema estructural de la casa fue elaborado por el arquitecto Fruto Vivas, creador de la teoría de los “Árboles para vivir” y ganador del Premio Nacional de Arquitectura en 1987.

La edificación cuenta con una planta baja totalmente abierta tipo parque que se convierte en un área social, conformada por un pequeño bar o área de servicio, un baño auxiliar, un jardín rodeado de una variada cantidad de plantas,  un amplio estacionamiento para aproximadamente seis (6) carros y una acogedora oficina.

Para acceder a la planta superior o primer piso, puede observarse que a un extremo de la casa hay una escalera hecha con madera.  Una vez que se sube por ellas, puede notarse que el resto de la edificación – algunas paredes, piso y techo – está elaborada con madera, y las ventanas y demás paredes son de cristal, lo que hace que se aproveche al máximo la luz solar del día. En este nivel, están la cocina, una sala de estar, dos (2) habitaciones de huéspedes y la habitación principal, cada una con su respectivo baño. Cabe mencionar, que el cuarto principal tiene una salida alterna a los jardines terraciados en un nivel superior.

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Sala de estar. Quinta Clarena, El Marqués, Caracas – Venezuela.

Un punto focal de la casa es el árbol que está ubicado justo en el centro de la obra, el cual sobresale de ésta, dando la ilusión de que la casa está sostenida en él, a pesar de que realmente se encuentra construida alrededor de éste.

La estructura cuenta con cuatro módulos tipo pagodas –formando techos de cuatro aguas unidas por puentes colgantes-, debido a que la casa está sostenida por cuatro columnas de hierro.

Apostar por la protección y el cuidado del planeta,  debe ser una máxima para quienes habitamos en él. No es una cuestión de altruismo o filantropía, es un imperativo de vida para que  las generaciones futuras puedan disfrutar seguros de las prerrogativas de la naturaleza. La arquitectura sustentable, definitivamente, es una excelente opción para ello.

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Un árbol se sitúa alrededor de la casa. Quinta Clarena, El Marqués. Caracas – Venezuela

 

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