Por Ángel Silva-Arenas

Fiel a su temática femenina, Pedro Almodóvar, en su última película Julieta, retoma el mundo de la mujer y su drama, uno que se enfoca en el abandono de los afectos, de los amores primigenios, aquellos que reivindican su esencia de madre, hija y amante.

Una historia de ausencias y culpas, donde Julieta, la protagonista, elige el silencio para evadir una realidad que le habla de infidelidades, intransigencias, cuestionamientos morales, muertes, separaciones impuestas y olvidos.

Una película que el espectador va armando lentamente, poco a poco, como una especie de rompecabezas, donde cada pieza va encajando tras una confesión escrita de puño y letra de Julieta, como una terapia de catarsis y sobrevivencia para no caer en la locura.

El director español mantiene su sello indiscutible al presentarnos un melodrama desgarrador, en el cual sus elementos claves como el uso del rojo, el simbolismo,  la mitología, la lucha entre la razón y la pasión hacen de las suyas.

Julieta nos recrea ambientes que nos comunican vacíos, miedos y recuerdos.  Una casa que no es un hogar, donde el extremado minimalismo y la ausencia de detalles nos confiesan que la familiaridad no es bienvenida. Un tren que invita a la aventura, a encontrar un amor casual que se elige eterno, y que obsequia una culpa que no pertenece. Un mar con sabor a adiós, chismes e intrigas. Un parque, una cancha y un viejo apartamento que incitan al recuerdo.

El film transcurre durante 30 años de la vida de Julieta, desde 1985 hasta el 2015, tiempo suficiente para darnos cuenta que la existencia siempre es una elección; experimentar una catástrofe sin solución (la cual solo ocurre en nuestra mente) o vivir libre, feliz y pisando tierra, sorteando con dignidad y asertividad los vaivenes que se nos presentan. Una lección que la protagonista de Almodóvar, gracias a un encuentro fortuito, le costó tiempo descifrar. Enhorabuena por ella.

2 Comments

  1. eduardo Lòpez

    Un film que nos habla de culpas, pero que nos invita a despojarnos de ellas para vivir. Recomendable.