Por Ana Pieters

Para nosotros es completamente normal que las mujeres voten en las elecciones o que conduzcan autos, compartir con personas de otras razas o religiones, caminar libremente por la calle sin importar nuestro género o ver familias homoparentales. Sin embargo, no nos detenemos a pensar todo lo que tuvo que pasar para llegar a lo que vivimos hoy en día.

Miles de personas no están conscientes de sus derechos; pero también hay una cantidad numerosa que los sabe y por cuestiones sociales no los ejerce o defiende como deberían.

La lucha femenina tiene más de 100 años y a medida que evolucionan las naciones, también los motivos por los cuales luchar cambian. En la actualidad se busca la igualdad salarial entre hombres y mujeres, que podamos tener las mismas oportunidades, decidir sobre nuestros cuerpos, respeto, que reine la meritocracia y, por sobre todas las cosas, la posibilidad de elegir.

El día internacional de la mujer, 8 de marzo, principalmente es para celebrar lo que hemos logrado a pesar de nuestro género, aunque esto suene feo. A pesar de todas las trabas que la sociedad patriarcal ha puesto desde que nació la primera mujer.

La lucha de uno es la lucha de todos

En esta sociedad tan complicada en la que vivimos hoy en día, no nos tomamos un momento para ver a nuestro alrededor.

“Se calcula que en el mundo hay 1.27 mil millones de mujeres con trabajo remunerado frente a 2 mil millones de hombres. Estamos hablando de una diferencia de más de 700 millones de mujeres que no tienen la misma oportunidad que los hombres.” Luis Guillermo Solís, presidente de Costa Rica.

El feminismo es la creencia de que los hombres y las mujeres deben tener los mismos derechos y oportunidades. Es la teoría de la igualdad política, económica y social de los sexos.

Los hombres están llamados a ser el sustento de los hogares, está mal visto si demuestran sus sentimientos y por supuesto son de hierro y no sufren de depresión. No se dan cuentan que son seres humanos que sienten y padecen exactamente igual que las mujeres.

La lucha feminista busca romper con esos estereotipos patriarcales que minimizan lo humano en los hombres y maximizan los clichés de masculinidad. A su vez exigimos igualdad de género, teniendo los mismos derechos y oportunidades que ellos.

Esto no significa que odiamos a los hombres, también queremos que ellos gocen plenamente de su vida sin tener que suprimir sus sentimientos o esconder lo que les gusta por miedo a perder su masculinidad.

He for she

Esta campaña fue lanzada por la ONU en el año 2014. Busca promover la participación activa de hombres y niños en pro de la igualdad de género. Para lograr su cometido invitaron a presidentes, artistas, profesores, activistas, entre otras tantas personalidades, para que formaran parte de este movimiento.

Emma Watson y Edgar Ramirez fungen como embajadores de esta causa, ambos pronunciaron discursos espectaculares recalcando la importancia de estas iniciativas.

La fuerza invisible

Mary Jackson, Malala Yousafzai, Chimamanda Adichie quizás solo son nombres para algunas personas, pero lucharon y siguen luchando por lograr grandes cambios en la sociedad.

Mary Jackson fue la primera mujer ingeniero afroamericana en trabajar para la NASA. Podemos ver parte de su historia en la película Hidden Figures. Lo más increíble es que es hasta ahora, 12 años después de su muerte, que el mundo conoce su historia de éxito y lucha.

Mary Jackson salió del anonimato para muchos gracias a la película Hidden Figures

Malala Yousafzai, la niña pakistaní que sobrevivió milagrosamente y se convirtió en la persona más joven en ganar un premio Nobel. Quizás fue lo que la salvó, o tal vez sus ganas de luchar para mejorar el mundo.

El 9 de octubre de 2012 cuando regresaba de clases un hombre abordó el autobús donde ella se desplazaba y le propinó tres disparos; una bala atravesó su frente.

Malala es una activa luchadora por el derecho a la educación, en especial de las niñas. En Pakistán los talibanes impiden que las pequeñas asistan al colegio e intentaron silenciar su voz. Su historia debe servir de inspiración para todos. La obligaron a abandonar su país, a sus amigos, su vida; pero multiplicaron sus ideas.

Malala lucha incansablemente por el derecho a la educación de las niñas

Chimamanda Adichie, escritora nigeriana, feminista y con gran sentido del humor. Esta excepcional mujer busca la igualdad a través de sus discursos y con los mensajes en sus novelas. Se define como una “feminista africana feliz”, ya que muchas veces le dijeron “las feministas son mujeres tristes porque no encuentran esposo” y, por si fuera poco, “ser feminista es contrario al sentir africano porque es algo de occidente”.

Chimamanda Adichie, una feminista africana y feliz

Tres referentes femeninos que muchos no conocen pero definitivamente cambiaron la historia para siempre.

A pesar de todos los esfuerzos, las cifras en cuanto al género femenino siguen siendo alarmantes. Se calcula que más de 70 millones de niñas no pueden asistir al colegio o ser educadas por diferentes motivos.

Según la OMS más de 200 millones de mujeres y niñas en el mundo han sufrido mutilación femenina. Esta deplorable tradición cultural causa grandes daños físicos y morales a quienes la sufren.

Todavía en los países árabes la mayoría de los matrimonios son a conveniencia y existe la lapidación.

Muchas ONG y activistas buscan acabar con estas prácticas y tradiciones culturales que en vez de sumar, restan mucho a la humanidad. Que se efectúen desde hace años no quiere decir que estén bien y mientras trasgredan todo sentido de bienestar, hay que eliminarlas para no causar más dolor.

Es necesario celebrar nuestros derechos. La lucha por estos ha sido bastante larga y se remonta no mucho tiempo atrás, es entonces cuando nos damos cuenta que otros hicieron el trabajo para que las generaciones siguientes viviéramos en armonía, si bien esta no es total, al menos parcial y con la certeza de saber que en buena parte del mundo, somos libres y buscamos que otros también lo sean.

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